De qué serviría el éxito, la fortuna, la gloria si no se tuviese a alguien con quien compartir esos momentos de alegría…
Definitivamente, la única manera de ser feliz es haciendo feliz a los demás. En la vida no hay nada que dé tanta satisfacción como ver a nuestros seres queridos felices… Debemos darle gracias a Dios por tener seres queridos a quienes les podamos dar.
¿Has contado alguna vez a tus seres queridos? ¿Cuántos seres queridos tienes? Cuéntalos, quizás te sobren dedos de una sola mano. Por qué no aumentar esa cantidad de seres queridos capaces de darte felicidad… mientras más sean, más oportunidades de ser feliz tienes. Comienza a seleccionarlos entre tus compañeros de trabajo, entre tus vecinos… o quizás al azar, entre esa muchedumbre de desconocidos que deambulan por las calles. No elijas solamente niños, eso es muy cómodo, a ellos se les ama con facilidad… Los adultos también necesitan de tu amor. No elijas sólo a los amigos, los que tú consideras "enemigos" son los mejores…
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